sábado, 17 de marzo de 2012

No hay palabras

¿Sabes? Si me pusieran delante una fila de gente importante que se cree tan lista que es capaz de definirlo y explicarlo todo, con números, teoremas y leyes físicas... Si los tuviera a todos delante y todos me hicieran la misma pregunta "¿Qué sientes por él?", te aseguro que para todos tendría una respuesta ... 
Si el que preguntara resultara ser un médico, le diría que tú eres la máquina de oxígeno que necesito para sobrevivir, que tus susurros en mi oído resultan vitales para mantenerme consciente, que cada vez que tus labios rozan los mios sufro un minúsculo paro cardíaco, y que tus manos bajando por mi barriga justo después son como la descarga que me revive. Que estoy conectada a una máquina que me mantiene con vida, y se llama "". ¿Y si fuera un psicólogo? Entonces le confesaría que estoy completamente enganchada a ti, que necesito rehabilitación para sacar tu sonrisa de mi cabeza al menos 15 segundos al día, que por las noches solo sueño con tu boca, con tus labios, y besarlos, y que el único somnífero que me calma y me deja dormir es tu cuerpo junto al mio, cerca, toda la noche y parte de la mañana siguiente. Que eres mi adicción, mi droga. Si quien pregunta es un arquitecto, entonces le diría que no le encuentro defectos a tu cuerpo, que tus brazos son el mejor refugio para el frío, y que están perfectamente pensados para que yo encuentre mi hueco entre ellos y me sienta tan segura y tan cómoda que podría pasarme ahí miles de horas. Y si viniera un matemático, con sus teorías y sus leyes lógicas, le diría que yo la única ley que entiendo es que tú+yo=1, y que yo-tú=1/2. ¿Un filósofo? También podría responderle. Y le diría que para mi solo existe una filosofía de vida, y es vivir cada momento que me queda a tu lado. Porque alguna vez ya no estaré, y alguna vez tú no estarás. Y me da igual que el mundo se empeñe en rebatir mi teoría con planteamientos absurdos, porque para mí quien importa eres tú, tú y cada segundo que paso contigo, y cada vez que me besas, y cada vez que sonríes, y cada vez que sonríes en medio de un beso, y cada canción que me cantas al oído, y cada tarde gastada a tu lado, y cada secreto que no decimos, y cada cuadrito que nos pasamos, y cada locura que se nos ocurre, y cada vez que te miro a los ojos y puedo entender sin palabras que sientes lo mismo que yo. Porque, lo siento, señores, no tengo que explicarle nada a nadie, porque si tú me coges de la mano, por mi que reviente el mundo si quiere. ¿Y lo que siento? No se explica. Se vive, se sueña, se siente.

domingo, 11 de marzo de 2012

Lof u

Te pinto con fluorescente, 


porque las cosas importantes, hay que subrayarlas.

viernes, 9 de marzo de 2012

M , J.

Que gran día, lleno de nervios, ultimando los últimos detalles, a horas del gran momento, esperando decisiones de la cofradía, viento, mucho viento, cambio de recorrido, y llega el momento. Costaleros de bajo del paso, mientras otros, esperan la calles en las que disfrutaran debajo del paso. Nazarenos con las velas, monaguillos. La primera llamada pero no la ultima, el paso va al cielo, los bellos de punta, todos emocionados, se levanta una gran ovación de aplausos. El paso empieza andar y con este el resto del cortejo, todos con la misma emoción, con la misma alegría al ver a lo que más queremos paseando por las calles de San Fernando. Pasan las horas, y la misma alegría, y emoción sigue por las calles, que sensación mas bonita, ver los frutos del trabajo, ver que todos estamos unidos por el mismo sentimiento. Estaciones de penitencias, en las que solo unos afortunados pueden hacerla, aparece el cansancio, pero no por ello dejamos de disfrutar, porque esa alegría, no nos la puede quitar nadie. Calles en las que disfrutas más que nadie, porque tienen un gran significado para ti, calles en las que ves pasar a costaleros pasar llorando, a los que consuelas con un apretón de manos, un giño o un pequeño gesto, porque mas que costaleros, son compañeros, y amigos. El recorrido va terminando, y ya estamos cerca de la Iglesia, los mas pequeños te preguntan si queda mucho para llegar, aunque algunos de ellos ya se rindieron hace rato.  El paso enfrente de la puerta, la ultima levanta, y ya esta el paso allí, listo para que le quiten las flores, maravilloso momento, multitud de gente con la misma devoción. La gente se va, y dentro de la Iglesia solo quedamos nosotros, la junta y los costaleros, y cada uno de nosotros nos fundimos en grandes abrazos, todos emocionados, y con una gran alegría. Todo ha salido bien. Que gran trabajo hemos hecho. Querido Gran Poder, Misericordia, hasta el año que viene, no te preocupes que seguiremos luchando por ti y pasa poder verte pasear por nuestras calles.